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El paciente estable de insuficiencia cardíaca: ¿realidad o mito?
- 10 noviembre, 2020
- Posted by: cicero
- Category: Enfermedad
Con motivo del Congreso Nacional de SEMERGEN, la mesa “No te bloquees con los betabloqueantes en la enfermedad cardiovascular” reunió a la Dra. Ana Moyá Amengual (médico especialista en medicina del trabajo), Dr. Julio Núñez (Unidad de insuficiencia cardíaca del Hospital Clinic Universitari de Valencia) y Dr. Pere Beato Fernández (Medicina Familiar y Comunitaria Consultorio del BarriCotet).
Entre las diferentes cuestiones que se abordaron, destaca el interés que suscitó el concepto de paciente estable en insuficiencia cardíaca. ¿Es apropiado realmente el uso de este concepto en el abordaje de la insuficiencia cardíaca?¿A qué nos referimos cuando hablamos de paciente estable?¿Un manejo óptimo conlleva a la estabilidad del paciente?
Estabilidad en personas con IC
En personas con insuficiencia cardíaca, de forma generalizada, el concepto de estabilidad hace alusión a la ausencia de síntomas y signos propios de la IC o, en el caso, de que estos se produzcan, estén presentes de forma leve. Para considerar estable a un paciente, esta situación no tiene que haber cambiado recientemente o como mínimo desde la última visita a su especialista.
Por su parte, las guías NICE amplían esta definición considerando estable a aquellos pacientes que, no solo no presenten signos que denoten un empeoramiento de la insuficiencia cardíaca; sino a aquellas personas que desde su última revisión, no han requerido ingresos hospitalarios ni ajustes en su tratamiento.
Sin embargo, la práctica clínica ha demostrado que la ausencia de signos o síntomas no va ligado a una mejora de la insuficiencia cardíaca. Su carácter silencioso, puede conllevar a un empeoramiento progresivo y deterioro de la función cardíaca de forma asintomática. Así, , a pesar de la aparente estabilidad, existe un riesgo enmascarado de progresión, empeoramiento, e inclusivo, de muerte.
El estudio IC-BERG, evaluó la percepción de 150 profesionales médicos en diferentes aspectos del manejo de la insuficiencia cardíaca con fracción de eyección reducida. Ante la afirmación “la naturaleza silenciosa pero progresiva de la IC-FER puede contribuir a aumentar el riesgo de muerte en pacientes que son asintomáticos o solo ligeramente sintomáticos”, el 96% de los encuestados afirmaron estar de acuerdo con dicha percepción.
Manejo de la estabilidad en personas con IC
En aquellos pacientes en los que está presente esta “estabilidad” es de vital importancia el manejo multidisciplinar. Especialmente, se destaca la colaboración plena entre los servicios de cardiología y de atención primaria (AP), así como del personal de enfermería. Cada uno de estos profesionales juega un papel esencial y específicoPor ejemplo, la detección temprana de signos de empeoramiento ocurre en AP, y la adherencia al tratamiento, se lleva a cabo en enfermería.
Paralelamente, tampoco se ha de dejar de lado la periodicidad de las visitas para el seguimiento. A pesar de la estabilidad que el paciente pueda presentar, se recomienda no demorar en exceso la consulta. Debemos tener en cuenta que realizar un seguimiento apropiado, con frecuencia de visitas adecuado,permite identificar la presencia de nuevos signos, evolución de la IC o la necesidad de realizar cambios necesarios como optimización del tratamiento.
Por otro lado, en relación al desarrollo de la consulta, se han de tener en consideración no sólo los signos físicos y analíticos propios de la IC, sino también aspectos tan relevantes, como la percepción negativa de la calidad de vida del paciente. En otras palabras, si desde la última consulta la persona ha visto reducida su calidad de vida. Como consecuencia, hay que evaluar la adherencia del paciente a los tratamientos, o valorar una optimización farmacológica si fuera necesaria (titulación de fármacos, reajuste de la dosis, dosis objetivo) .
En el abordaje de la IC, “un manejo óptimo” no se traduce directamente en “estabilidad”. A pesar de que el paciente no presente signos de progresión, el daño cardíaco en la IC se produce de forma paulatina, por lo que el empeoramiento se puede estar produciendo de forma silenciosa y enmascarada.
Por otro lado, tampoco hay que dejar de lado el hecho de que la ausencia de síntomas se puede deber al uso de determinados tratamientos, como los diuréticos. Pero esto alivio, no quiere decir que no estén presentes, provocando que el paciente pudiera ser considerado controlado, aunque, en verdad no sea así.
Por estos motivos, a pesar de la aparente “estabilidad” que pueda presentar un paciente, se hace necesario un seguimiento constante y multidisciplinar de las personas con insuficiencia cardíaca. Debido a su carácter progresivo y deterioro previo a la aparición de síntomas, se hace necesario que en la IC se realice una revisión y optimización de su manejo para evitar su progresión y el deterioro de la calidad de vida del paciente.