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Disfunción renal en el paciente con Insuficiencia Cardíaca
- 12 marzo, 2020
- Posted by: cicero
- Category: Enfermedad
Las personas con enfermedad renal es habitual que tengan, a su vez, dolencias cardiovasculares. Las razones que explican esta coexistencia de patologías es que ambas tienen factores de riesgo comunes. Además, su abordaje es complejo ya que se caracteriza por las complicaciones o descompensaciones siendo frecuente la necesidad de hospitalización, de reingreso y/o empeoramiento del pronóstico con el consiguiente deterioro de la calidad de vida de las personas y el impacto psicológico y emocional que esto supone.
Entre las patologías cardiovasculares más frecuentes en personas con Enfermedad Renal Crónica encontramos que la Insuficiencia Cardíaca Congestiva es la más habitual[i][ii]. El hecho de que personas con Enfermedad Renal Crónica reúnan ciertos condicionantes incrementa el riesgo de desarrollo de Insuficiencia Cardíaca. Diversos estudios recogen como factores de riesgo los siguientes: el tabaco, el sedentarismo, la obesidad, la diabetes mellitus, la edad, el sexo, la hipertensión arterial, la anemia, la hipertrofia y/o dilatación ventricular, y la disfunción sistólica o diastólica, entre otros[iii]. En estadios más avanzados de la ERC, en los que sea necesario una fístula arterivenosa (FAV) para el tratamiento de estos pacientes, también se ha evidenciado la FAV como factor de riesgo en el desarrollo de la ICC[iv][v].
Síndrome cardio-renal
Existen varias definiciones sobre este síndrome, siendo la más utilizada la ofrecida por la Acute Dialysis Quality Initiative (ADQI) en la que se refiere al síndrome cardíaco renal como “los trastornos del corazón y de los riñones donde la disfunción aguda o crónica de un órgano puede inducir disfunción aguda o crónica del otro”.
Se produce, por tanto, una alteración simultánea de la función de corazón y riñón. Esta puede ser de carácter crónico (aquella alteración que se da de forma progresiva y permanente) o aguda (episodio repentino de rápido empeoramiento). Además de cómo se da este episodio, habría que tener en cuenta cual sería el “origen” de esta disfunción simultánea: puede ser que a nivel cardíaco se produzca una alteración con consecuencias renales o viceversa. También es posible que otras patologías que son factores de riesgo comunes a la ERC y la IC sean desencadenante de este síndrome cardio-renal.
Teniendo en cuenta estos factores establecidos en la definición, podríamos distinguir cinco tipos distintos[vi]:
- Síndrome cardio-renal agudo: La disfunción renal viene provocada por un deterioro agudo cardíaco como podría ser la insuficiencia cardíaca aguda descompensada.
- Síndrome cardio-renal crónico: La disfunción renal viene provocada por una anomalía crónica cardíaca. Es el más habitual en personas con IC en los que es común que el filtrado glomerular se vea mermado.
- Síndrome reno-cardiaco agudo: La disfunción cardíaca viene provocada por un deterioro agudo renal.
- Síndrome reno-cardiaco crónico: La disfunción cardíaca viene provocada por un deterioro crónico renal.
- Síndrome cardio-renal secundario: Patologías sistémicas que provocan un deterioro tanto renal como cardiaco.
Abordaje de la IC
En el abordaje de las personas con IC es necesario establecer un seguimiento de la función renal para detectar a tiempo cualquier disfunción. El diagnóstico preciso y precoz es clave para evitar empeorar su pronóstico y asegurarse, de esta forma, que reciban el tratamiento más óptimo.
Así mismo, cuando ambas patologías coexistan, establecer un seguimiento y control de los factores de riesgo modificables vistos anteriormente constituye otro de los principales pilares básicos en su abordaje.
En pacientes pluripatológicos, proporcionarles información y fomentar su formación se traduce en su implicación en el proceso asistencial.
Por otro lado, se hace imprescindible el abordaje multidisciplinar y establecer un seguimiento personalizado y acorde a la situación clínica de cada paciente teniendo por objetivo su calidad de vida.
Tener en mente esta asociación renal-cardíaca en el proceso asistencial de personas con IC resulta imprescindible para garantizar el abordaje más óptimo
[i] Harnett JD, Foley RN, Kent GM, Barre PE, Murray D, Parfrey PS. Congestive heart failure in dialysis patients: prevalence, incidence, prognosis and risk factors. Kidney Int 1995;47:884-90.
[ii] Barrett BJ, Parfrey PS, Morgan J, Barré P, Fine A, Goldstein MB, et al. Prediction of early death in end-stage renal disease patients starting dialysis. Am J Kidney Dis 1997;29:214-22.
[iii] London GM. Cardiovascular disease in chronic renal failure: pathophysiologic aspects. Semin Dial 2003;16:85-94.
[iv] Ahearn DJ, Maher JF. Heart failure as a complication of hemodialysis arteriovenous fistula. Ann Intern Med 1972;77:201-4.
[v] MacRae JM, Pandeya S, Humen DP, Krivitski N, Lindsay RM. Arteriovenous fistula-associated high-output cardiac failure: a review of mechanisms. Am J Kidney Dis 2004;43(5):e17-22.
[vi] Ronco C, et Al. J Am Coll Cardiol 2008;52:1527 – 39.