¿Cómo mejorar la calidad de vida de los pacientes con insuficiencia cardíaca?
Como profesionales sociosanitarios nos preguntamos muchas veces cómo mejorar la calidad de vida de nuestros pacientes con insuficiencia cardiaca, cuando se confirma este diagnóstico.
Necesitamos saber de qué recursos disponemos a nuestro alrededor para evitar el impacto que la IC pueda tener en cada uno de los aspectos de su vida, impidiendo lo máximo posible que esta llegue a ser limitante. En otras palabras, nos preguntamos: ¿Qué podemos hacer para ayudar a nuestros pacientes a sobrellevar la enfermedad?
El concepto calidad de vida
Para proceder a este análisis, debemos primeramente definir qué es calidad de vida. Según la Organización Mundial de la Salud, la calidad de vida es “la percepción que un individuo tiene de su lugar en la existencia, en el contexto de la cultura y del sistema de valores en los que vive y en relación con sus objetivos, sus expectativas, sus normas, sus inquietudes”. Se trata, por tanto, de un concepto amplio, etéreo y con un marcado carácter heterogéneo que designa a diferentes dimensiones muy diversas entre sí.
En 2004, el artículo “Calidad de vida y salud: aspectos conceptuales y metodológicos” [i]estableció como 4 las dimensiones que configuraban la calidad de vida:
- Dimensión física, percepción sobre el estado de salud y como afecta el adecuado funcionamiento del organismo al individuo.
- Dimensión psicológica, el impacto que a nivel afectivo o personal tiene cada uno de los acontecimientos que le suceden.
- Dimensión social, las relaciones sociales que el individuo tiene con su entorno.
- Dimensión ambiental, percepción que el individuo posee sobre el entorno en el que se vive (seguridad, atención sanitaria, transporte, entornos lúdicos o culturales, etc.).
La OMS añade a estas 4 facetas, dos más: “grado de dependencia” para determinar el grado de autosuficiencia que posee un individuo y “dimensión espiritual”, relacionada con las creencias personales o la religión.
Conceptualización de Calidad de vida según la OMS[ii]
Dimensiones
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Facetas |
Física | Dolor, malestar, energía, cansancio, sueño, descanso. |
Psicológica | Sentimientos positivos, labor de reflexión, aprendizaje, memoria, concentración, autoestima, imagen y apariencia corporal, sentimientos negativos. |
Grado de independencia | Movilidad, actividades de vida diaria, dependencia respecto de medicamentos o tratamientos, capacidad de trabajo. |
Relaciones sociales | Relaciones personales, apoyo social, actividad sexual. |
Entorno | Seguridad física, entorno doméstico, recursos financieros, atención sanitaria y social: disponibilidad y calidad, oportunidades para adquirir información y aptitudes nuevas, actividades recreativas: participación y oportunidades, entorno físico (contaminación, ruido, tráfico, clima), transporte. |
Espiritual | Espiritualidad, religión, creencias personales. |
Atendiendo a estas dimensiones, si queremos que el abordaje de la Insuficiencia Cardíaca sea plenamente eficaz no se trata únicamente de poner el foco en el punto de vista físico, sino de forma integral garantizando el resto de dimensiones. No se trata solo de vivir más; se trata de vivir mejor de acorde a estas esferas.
¿Por qué es importante mejorar la calidad de vida de los pacientes de insuficiencia cardiaca?
La población mundial está envejeciendo a pasos acelerados. Entre 2000 y 2050, el grupo poblacional de mayores de 60 años se duplicará, pasando del 11% (605 millones) al 22% (2000 millones). [iii] Un acontecimiento sin precedentes en la historia de la humanidad pues habrá en el mundo más personas octogenarias y nonagenarias que nunca antes.
Este envejecimiento de la población supone un aumento notorio de las enfermedades crónicas. En la edad adulta, la prevalencia de la insuficiencia cardíaca se sitúa en torno del 1% al 2%[iv], volumen que se incrementa a medida que la población envejece hasta situarse en torno del 6% al 10% en personas mayores de 65 años[v]. En países como España, la IC constituye la principal causa de hospitalización a partir de esta edad[vi].
Mejorar la calidad de vida de los pacientes con insuficiencia cardiaca contribuye a que la población envejezca mejor con un pleno equilibrio en todas sus dimensiones. Además, permite minimizar el impacto que tiene la enfermedad a título individual para quien recibe el diagnóstico y en la sociedad en su conjunto optimizando el uso de los recursos que en esta se disponen. En definitiva, un verdadero reto a nivel asistencial.
¿Como mejorar la calidad de vida de las personas con IC?
Algunos estudios sitúan a la Insuficiencia Cardíaca como una de las enfermedades crónicas que mayor impacto tiene en la calidad de vida de los pacientes, inclusive por encima de la diabetes o la bronquitis crónica. Síntomas de la enfermedad, tales como la fatiga o la pérdida de masa muscular, pueden provocar una pérdida de la autonomía. También se puede ver afectada la vida sexual, presentar dificultades en la práctica deportiva o requerir ingresos hospitalarios frecuentes.
Mejorar la calidad de vida de las personas consiste en:
- Formar e informar al paciente sobre la Insuficiencia Cardíaca proporcionándole el conocimiento necesario para fomentar el autocuidado previniendo el avance de la IC o el desarrollo de otras patologías, así como la capacidad de identificar síntomas que requieran especial atención. El uso de recursos visuales como las infografías puede ayudarte en la consulta.
- Fomentar un estilo de vida saludable que permita abandonar hábitos como el tabaco, el alcohol o las drogas que empeoran la enfermedad y adoptar otros como una alimentación adecuada o el ejercicio físico con los consiguientes beneficios que tiene para la salud.
- Concienciar sobre la importancia en la alimentación. En líneas generales, se recomienda una dieta equilibrada, rica en verduras, ensaladas, frutas, pescados y que contenga pocas grasas saturadas e ir variándola según los resultados de las pruebas que se realicen al individuo. También es importante que el paciente sea consciente de la importancia de reducir la sal en las comidas.
- El ejercicio físico minimiza la sensación de fatiga propia de la IC y previene el desarrollo de sobrepeso u obesidad, factores de riesgo en enfermedades cardiovasculares. Ya hablamos de ello en nuestra guía de entrenamiento físico para pacientes con insuficiencia cardiaca.
- Prevenir el desarrollo de enfermedades. Se ha demostrado que la IC constituye en sí mismo un factor de riesgo para el desarrollo de determinadas patologías, es necesario informar al paciente de las medidas que tiene que llevar a cabo para prevenirlas.
- Concienciar sobre la importancia del correcto cumplimiento de las citas médicas que permitan realizar un adecuado seguimiento y establecer las medidas de actuación necesarias según la sintomatología que el paciente experimente.
- Adecuada adherencia terapéutica
[i] SEIDL, Eliane Maria Fleury and ZANNON, Célia Maria Lana da Costa. Qualidade de vida e saúde: aspectos conceituais e metodológicos. Cad. Saúde Pública [online]. 2004, vol.20, n.2 [cited 2019-07-29], pp.580-588. Available from: <http://www.scielo.br/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0102-311X2004000200027&lng=en&nrm=iso>. ISSN 0102-311X. http://dx.doi.org/10.1590/S0102-311X2004000200027.
[ii] Montero Centeno, D.; Fernandez de Larrinoa, P. (2012). “Calidad de vida, inclusión social y procesos de intervención”, pp 68.
[iii] Organización Mundial de la Salud. Disponible en: https://www.who.int/ageing/about/facts/es/
[iv] McMurray J, Petrie M, Murdoch D. Clinical epidemiology of heart failure: public and private health burden. Eur Heart J, 19 (1998), pp. 9-16.
[v] Hunt S, Backer D, Chin M, Cinquegrani M, Feldman A, Francis G, et al. ACC/AHA Guidelines for the evaluation and management of chronic heart failure in the adult. J Am Coll Cardiol, 38 (2001), pp. 2101-13
[vi] Rodríguez-Artalejo F, Guallar-Castillón P, Banegas J, Del Rey Calero J. Trends in hospitalization and mortality for heart failure in Spain, 1980-1993. Eur Heart J, 18 (1997), pp. 1771-9