Para realizar el diagnóstico de la insuficiencia cardiaca, es imprescindible que existan síntomas o signos característicos de esta enfermedad. Dado que estas señales no son específicas de la afección, lo primero que lleva a cabo el especialista es la elaboración de una historia clínica detallada. Para ello, el médico preguntará al paciente por sus síntomas, antecedentes médicos propios y familiares relativos a problemas cardiacos, enfermedades anteriores o recientes, hábitos alimenticios, forma física, factores de riesgo vascular, el estado de su respiración o del sueño.
Una vez elaborado el historial se realizará una exploración física, en la que se medirá la presión arterial y pulso –para averiguar si sufre hipertensión o una frecuencia cardiaca anormal–, exploración de las venas del cuello –por si estuvieran inflamadas debido a la acumulación de sangre en el corazón–, auscultación con fonendoscopio para escuchar la respiración y el corazón –con el fin de averiguar si existen sibilancias, líquido en los pulmones o soplos–, examinar si existe hinchazón de piernas, tobillos o zona abdominal y control del peso.