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Cómo prevenir la insuficiencia cardíaca: consejos para ayudar a tus pacientes
- 13 septiembre, 2019
- Posted by: cicero
- Category: Comunicación Médico Paciente
¿Es posible evitar el desarrollo de una insuficiencia cardíaca? En este post te contamos cómo prevenir la insuficiencia cardíaca con algunos consejos clave para ayudar a tus pacientes. Hay que tener en cuenta que la IC puede ser causa directa de numerosas patologías comunes tales como el déficit de hierro, por lo que la prevención se extiende también a estas otras afecciones.
Categorización del paciente de riesgo para prevenir la insuficiencia cardíaca
Establecer un perfil de paciente de riesgo que incluya personas en las que se incremente la probabilidad de desarrollar IC con su seguimiento correspondiente, favorecería la detección precoz y la implantación del tratamiento en fases iniciales. Esto favorecería sin duda el pronóstico y su calidad de vida.
Algunos organismos internacionales han establecido diferentes categorías de clasificación que permiten evaluar el nivel de riesgo de insuficiencia cardíaca en las personas. En concreto, la American College of Cardiology y la American Heart Association reconocen cuatro grupos de pacientes según la anomalía estructural[1]:
- Estadio A: aquellos con alto riesgo de IC, pero que todavía no presentan ninguna anomalía, ni sintomatología.
- Estadio B: pacientes diagnosticados con alguna enfermedad cardíaca asociada a la IC, pero que todavía no han presentado sintomatología alguna.
- Estadio C: quienes presentan ya IC con síntomas y derivada de otra patología.
- Estadio D: pacientes diagnosticados con enfermedad cardíaca estructural avanzada y que, a pesar de estar recibiendo tratamiento médico, presentan síntomas acusados de IC en reposo.
Otras entidades, se basan en tipos de criterios diferentes para evaluar el nivel de riesgo, entre ellos la New York Heart Association cuya clasificación se establece en relación a los síntomas:
- Clase I: personas que no presentan ningún tipo de limitación en la actividad física.
- Clase II: los que presentan síntomas que provocan ligera limitación de la actividad física tales como la fatiga, las palpitaciones o la disnea.
- Clase III: notable limitación en la actividad física a causa de los síntomas, pero no presentes en reposo.
- Clase IV: síntomas presentes en reposo e incrementados con cualquier actividad física.
Niveles de prevención de la insuficiencia cardíaca
La Guía de Buena Práctica Clínica en Insuficiencia Cardíaca elaborada por médicos pertenecientes al ámbito de la Atención Primaria, establece tres niveles de prevención:
- Prevención primaria. Este nivel englobaría todas aquellas medidas de actuación destinadas al adecuado manejo y control de los factores de riesgo del desarrollo de la insuficiencia cardíaca.
- Prevención secundaria. En este caso se contempla el diagnóstico de la insuficiencia cardíaca y la disfunción ventricular asintomática en estadios iniciales.
- Prevención terciaria. Una vez que se ha producido el diagnostico de la IC, se establecerían dos líneas de actuación:
- Tratar y reducir el riesgo de morbimortalidad.
- Prevenir y controlar factores precipitantes de desestabilización de la IC.
¿Cómo prevenir la insuficiencia cardíaca?
El Estudio de Framingham, también conocido como Estudio Framingham del Corazón (Framingham Heart Study), el cual se inició en 1948 y todavía está en marcha, establece como principales factores de riesgo los siguientes:
- Edad
- Hipertensión arterial
- Hipertrofia ventricular izquierda
- Diabetes
- Obesidad
- Tabaquismo
- Antecedentes de infarto de miocardio
Sin embargo, al listado anterior, se podrían añadir otros condicionantes como son el haber sido sometido a tratamiento oncológico (tanto quimioterapia como radioterapia) o diagnosticado de ciertas enfermedades cardíacas como:
- Cardiopatía isquémica
- Cardiopatías congénitas
- Enfermedades de las válvulas del corazón
- Enfermedades del músculo cardiaco
- Infección del corazón y/o de las válvulas cardiacas
- Arritmias
- Haber padecido un infarto de miocardio
- Las enfermedades de las válvulas cardiacas
- Los corazones grandes o dilatados
- Los corazones que sufren de arritmias frecuentes
- Las enfermedades cardiacas de nacimiento (congénitas)
Una de las principales medidas de prevención en IC es la adecuada información y la formación necesaria en el manejo de factores de riesgo modificables por parte de los pacientes
Si queremos ayudar a nuestros pacientes en la prevención de la insuficiencia cardíaca, resulta de vital importancia proporcionarles las herramientas necesarias que contribuyan a reducir notablemente el riesgo de desarrollar esta patología y mejorar su calidad de vida, como estas:
- Realizar deporte. La actividad física constituye no solamente un factor preventivo, sino que entidades como la American Heart Association (AHA) lo definen como una parte fundamental del tratamiento. Se recomienda realizar ejercicio físico de 3 a 5 veces a la semana con una intensidad adaptada al paciente y una duración de cada sesión de unos 20 a 30 minutos.
- Adecuado control del peso y obesidad. Los cambios bruscos de peso pueden evidenciar retención de líquidos, síntoma de la insuficiencia cardíaca.
- Evitar ciertos hábitos como el consumo de tabaco, de drogas y de alcohol. Por ejemplo, los residuos del tabaco provocan un estrechamiento de las arterias dificultando el flujo sanguíneo.
- Mantener una alimentación saludable, rica y variada reduciendo el consumo de sodio o grasas.
- Control de enfermedades asociadas como por ejemplo la diabetes, el colesterol o la obesidad. Diversos estudios evidencian la estrecha relación que existe entre una hipertensión arterial y el desarrollo de la IC. Que el paciente sea capaz de un adecuado seguimiento y control de su tensión nos permitiría anticiparnos a episodios futuros de IC.
- Concienciar sobre la importancia de un adecuado descanso y un control del estrés.
[1] ACC: American College of Cardiology; AHA: American Heart Association. Hunt SA et al. Circulation 2005;112:1825-52. The Criteria Committee of the New York Heart Association. Nomenclature and Criteria for Diagnosis of Diseases of the Heart and Great Vessels. 9.a ed. Little Brown & Co; 1994. p. 253-6