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Dietas y alimentos cardioprotectores, ¿mito o realidad? ¿qué dice la ciencia?
- 28 enero, 2021
- Posted by: cicero
- Category: Comunicación Médico Paciente
La dieta, el sedentarismo, la obesidad y los malos hábitos tales como el consumo de tabaco, alcohol o drogas aumentan considerablemente la probabilidad de desarrollar enfermedades cardiovasculares a largo plazo, entre ellas la insuficiencia cardíaca. Sin embargo, estos factores de riesgo al igual que el peligro que representan, son altamente modificables. Cambios en nuestra dieta, en la práctica regular de ejercicio físico o dejar de fumar contribuyen a mejorar nuestra salud cardiovascular a corto, medio y largo plazo.
En el caso de la alimentación, diversos estudios han demostrado su alta capacidad de influencia al situarse como el factor que mayor peso tiene en prevención de enfermedades cardiovasculares y en el riesgo de muerte asociado a estas[i] .Además, también se ha evidenciado que la dieta permite un adecuado manejo de otros factores de riesgo o comorbilidades asociadas a la IC como la obesidad, la hipertensión o la diabetes.
En este sentido se hace necesario el estudio, difusión del conocimiento y el posterior seguimiento por parte de las personas de unos patrones dietéticos adecuados que contribuyan a un correcto mantenimiento de su salud cardiovascular. Esto da lugar al origen del concepto “alimentos cardioprotectores”. Cuando hablamos de alimentos cardioprotectores nos referimos a aquellos productos en los que la evidencia ha demostrado que su consumo aporta un beneficio directo para nuestro corazón y vasos sanguíneos. De esta forma, si nuestra dieta se sustenta en la ingesta de estos alimentos, nos ayudará a mantener un sistema cardiovascular saludable con la consiguiente prevención de enfermedades.
Nutrientes cardioprotectores
Los alimentos contienen compuestos químicos, es decir nutrientes, que son los que nos aportan lo necesario para que nuestro organismo funcione adecuadamente. En el caso de aquellos que podríamos considerar cardioprotectores encontramos principalmente a la fibra y a los micronutrientes:
- El consumo de fibra favorece la reducción los niveles de colesterol y mantiene un adecuado nivel de presión sanguínea. Inclusive existen indicios que le otorgan propiedades antiinflamatorias.
- Los ácidos grasos poliinsaturados como el omega 3 han demostrado que evitan la formación de ateromas (tan comunes de la ateroesclerosis), el estrés oxidativo o la aparición de eventos trombóticos.
- El licopeno es un caroteno presente en frutas y verduras de color rojo que da ese característico color en alimentos como el tomate o las sandías. Su consumo también se ha relacionado con una reducción del riesgo de desarrollo de ateroesclerosis, además de mejorar la presión sanguínea y el perfil metabólico.
- En cuanto al consumo de fitoesteroles o esteroles vegetales, estos ayudan a reducir los niveles de colesterol LDL, en concreto, entre un 6% y un 15% si se consumen de 2 a 3 g diarios de fitoesteroles[ii] [iii].
- Los polifenoles, por su parte, llegan inclusive a reducir el riesgo de accidentes cerebrovasculares, ictus.
- Otros nutrientes que favorecen la salud cardiovascular son las vitaminas, los minerales, los oligoelementos ,los ácidos grasos monoinsaturados, el bajo consumo de sal, la azúcar refinada, las grasas saturadas y trans; y los carbohidratos con bajo índice glucémico.
Alimentos beneficiosos para el corazón
Sin embargo, en ocasiones, los pacientes y sus cuidadores no tienen por qué conocer estos nutrientes. Para evitar que esto suponga un escollo, es preciso indicarles qué alimentos tienen los nutrientes anteriormente mencionados. De esta forma, identificando estos alimentos, se contribuye a mejorar su comprensión en formación nutricional.
- Las frutas y las verduras constituyen uno de los alimentos que podríamos considerar que más favorecen nuestra salud cardiovascular.
- Por su parte, el aceite de oliva, sobre todo el aceite de oliva virgen extra también se le podría catalogar como alimento cardioprotector. Inclusive en diversas investigaciones se ha constatado su capacidad antiinflamatoria, beneficios en el estrés oxidativo y disfunción endotelial.
- Los frutos secos, principalmente las nueces y los cacahuetes, reducen el riesgo de morbilidad y mortalidad en enfermedades cardiovasculares. También contribuyen a una reducción del peso y menor riesgo de hipertensión y diabetes.
- El consumo moderado de bebidas fermentadas como el vino tinto y cerveza también ha sido asociado a factores cardioprotectores.
- A los productos anteriormente mencionados, también habría que añadir las legumbres, los pescados, los mariscos y los cereales integrales.
En cambio, del otro lado y como alimentos contraproducentes ,encontraríamos la bollería, bebidas azucaradas y carnes rojas procesadas.
Dietas cardioprotectoras
En cuanto a las dietas, aquellas que mejores resultados han obtenido en los diferentes estudios que se han llevado a cabo están la dieta mediterránea y la dieta DASH.
La dieta DASH se basa en el consumo de alimentos bajos en sodio, pero ricos en potasio, magnesio y calcio de forma que permiten reducir la presión arterial, de ahí su nombre: Dietary Approaches to Stop Hypertension ( Enfoques alimenticios para detener la hipertensión arterial). La dieta mediterránea, más conocida en nuestro país, se sustenta en el consumo de productos típicos del clima mediterráneo como el aceite de oliva.
Así mismo, el seguimiento de estas dietas ha demostrado su efecto favorecedor en:
- Presión arterial (PA)
- Perfil lipídico
- Metabolismo de la glucosa
- Peso
- Microbiota intestinal
- Efecto antiinflamatorio
La evidencia ha demostrado, por tanto, la estrecha relación que existe entre la alimentación y las enfermedades cardiovasculares. Principalmente en su prevención, manejo, morbilidad y mortalidad. De esta forma, el seguimiento de dietas como la mediterránea o la dieta DASH, favorece la salud cardiovascular y constituye una barrera de contención ante el aumento de las enfermedades como la IC. En este sentido, el estudio y la formación nutricional desempeñan un factor clave en el abordaje de la insuficiencia cardíaca.
[i] Mozaffarian, D.; Ludwig, D.S. Dietary guidelines in the 21st century: A time for food. JAMA 2010, 304, 681–682.
[ii] Ras, R.T.; Geleijnse, J.M.; Trautwein, E.A. LDL-cholesterol-lowering effect of plant sterols and stanols across different dose ranges: A meta-analysis of randomised controlled studies. Br. J. Nutr. 2014, 112, 214–219.
[iii] Cabra, C.E.; Simas-TorresKlein, M.R. Phytosterols in the Treatment of Hypercholesterolemia and Prevention of Cardiovascular Diseases. Arq. Brasil. Cardiol. 2017, 109, 475–482.